martes, 8 de noviembre de 2011

Que sue-no ufffff bueno pero antes de echarme mi coyote les digo que Lectio

Lopez Frade exitoso empresario con modelo de negocios replicable http://is.gd/Pc9uLn - Alcalde de Chimalhuacan cumple infraestructura http://is.gd/uzedez jijo de rana esto está peliagudo Dios creó al hombre para que fuera inmortal,
lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo;
mas, por envidia del diablo
entró la muerte en el mundo,
y la experimentan quienes le pertenecen.

En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios, y no las alcanzará ningún tormento.
Los insensatos pensaban que los justos habían muerto,
que su salida de este mundo era una desgracia,
y su salida de entre nosotros una completa destrucción.
Pero los justos están en paz.

La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo,
pero ellos esperaban confiadamente la inmortalidad.
Después de breves sufrimientos
recibirán una abundante recompensa,
pues Dios los puso a prueba
y los halló dignos de sí.
Los probó como al oro en el crisol,
y los aceptó como un holocausto agradable.

En el día del juicio brillarán los justos
como chispas que se propagan en un cañaveral.
Juzgarán a las naciones y dominarán a los pueblos,
y el Señor reinará eternamente sobre ellos.

Los que confían en el Señor comprenderán la verdad,
y los que son fieles a su amor permanecerán a su lado,
porque Dios ama a sus elegidos y cuida de ellos.

Meditatio
El texto que hoy meditamos tiene dos elementos fundamentales de reflexión unidos por una sola idea: Dios nos creó para vivir eternamente con él. Es decir, que nuestra vida está destinada a vivir con Dios en el Cielo que ha preparado para nosotros. Esto no lo entienden quienes no conocen a Dios, más aun quienes todavía no profundizan en el misterio de su amor y por ello la muerte es para ellos la separación definitiva de la vida y el final de todo, mientras que para nosotros será el inicio de la vida plena en el Cielo. Por ello, el texto remarca que valen la pena todos los sufrimientos de esta tierra, pues son pasajeros. San Pablo, en su carta a los Romanos, dice precisamente lo mismo, pues nos asegura que todo lo que sufrimos, si lo comparamos con lo que vamos a gozar, pierde su importancia. Mientras estamos en esta vida, seguramente conoceremos el dolor, la enfermedad, la necesidad, en una palabra, nuestra miseria y pobreza. Sin embargo, ésta, en el momento de la muerte, se tornará en fuente de alegría y gozo. Es, pues, importante levantar nuestros ojos al Cielo y pensar con más frecuencia en nuestra muerte, pues a pesar de lo que el mundo diga de ello, para nosotros que creemos en Cristo y que buscamos con todas nuestras fuerzas y todo nuestro corazón permanecer fieles a sus enseñanzas, será el día más gozoso de toda nuestra existencia, pues a partir del día que deje de latir nuestro corazón se iniciará la vida del cielo que no terminará jamás.

Oratio
Espíritu Santo, sé mi consuelo en las horas de prueba, hazme consciente de la recompensa que me espera si me mantengo firme en el Señor.

Operatio

Hoy meditaré en las cosas que debo cambiar para asegurar mi lugar junto al Señor para que mi temor a la muerte se transforme en esperanza de vida eterna.
El Evangelio de hoy
Lucas 17, 7-10

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "¿Quién de ustedes, si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le dice cuando éste regresa del campo: Entra enseguida y ponte a comer? ¿No le dirá más bien: Prepárame de comer y disponte a servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú? ¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste cumplió con su obligación?

Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les mandó, digan: No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer".

Reflexión
A cada uno de nosotros Dios lo ha puesto en un lugar particular para que sirva a la construcción del Reino. Algunos como profesionistas, otros como empleados, otros más como padres de familia, como hijos, etc. En cada una de nuestras actividades estamos obligados por nuestro bautismo a construir el Reino que, de acuerdo a san Pablo, es "justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo".

Pues bien, una vez que hayamos hecho crecer la justicia en nuestros lugares de trabajo o estudio, que hayamos sido un vehículo para fomentar la paz y la concordia en nuestras familias y vecinos, y cuando hayamos sembrado la semilla de la alegría en todo nuestro alrededor, lo único que podremos decir será: "No he hecho sino lo que era mi obligación hacer como discípulo de Cristo".

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.

Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caropara rematar fallas en el equipo de Eruviel Ávila - Roberto Calleja Ortega lea mas... http://bit.mx/rco

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